Gran parte de los meses de primavera de 1521 los pasaron los navegantes explorando las por entonces llamadas Islas de San Lázaro, actuales Filipinas. Establecieron tratos con sus habitantes y pudieron vislumbrar el intenso tráfico marítimo realizado por las poblaciones de este archipiélago con las grandes civilizaciones del Extremo Oriente. El contacto con estos nativos tuvo en ocasiones agradables beneficios para los expedicionarios europeos, como la conversión al cristianismo del rey de Cebú, motivo de celebración para locales y expedicionarios, pero otras veces el encuentro fue violento, como ocurrió con Lapulapu, señor de Mactán, con quien Magallanes fue a enfrentarse por no reconocer la preponderancia del ya cristiano rey de Cebú. La desafortunada intromisión de Magallanes en estas rencillas entre jefes locales terminó mal para el explorador portugués, quien muere en combate en una playa de Mactán, el 27 de abril de 1521.
Las poblaciones locales filipinas era conocedoras por sus contactos comerciales de las Islas de las Especias. Su proximidad climática las hacía además ricas en una flora que acaso puede hoy estudiarse en comparación con especies foráneas en el Siit Arboretum Botanical Garden, en Dumaguete, cerca de ese Cebú donde Magallanes y sus expedicionarios hallaron por un momento la felicidad. Créditos - Ilustración: Antonio Pigafetta, 1521-1522
Las poblaciones locales filipinas era conocedoras por sus contactos comerciales de las Islas de las Especias. Su proximidad climática las hacía además ricas en una flora que acaso puede hoy estudiarse en comparación con especies foráneas en el Siit Arboretum Botanical Garden, en Dumaguete, cerca de ese Cebú donde Magallanes y sus expedicionarios hallaron por un momento la felicidad. Créditos - Ilustración: Antonio Pigafetta, 1521-1522
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