Jasminum officinale L.
OleaceaeEl nueve de julio de 1521, Antonio Pigafetta relata la ceremonia de bienvenida con que el rey de Borneo recibe a los expedicionarios: “envió el rey a las naves una piragua bastante hermosa, que tenía la popa y la proa adornadas con oro, y en ésta un pabellón blanco y azul con un copo de plumas de pavo en el asta. Se veían en esta piragua, entre varias otras personas, músicos que tocaban zamponas y tambores. La piragua, que es una especie de fusta o galera, venía seguida de dos almadies, que son embarcaciones de pescadores. Ocho de los principales ancianos de la isla venían en la piragua: subieron a bordo y se sentaron sobre un tapiz que se les tenía preparado sobre el castillo de popa, donde nos ofrecieron un vaso de madera lleno de betel y de arec, raíces que mascan continuamente, con flores de azahar y jazmín, todo cubierto con una tela de seda amarilla.”
Los jazmines constituyen un género de enredaderas ampliamente extendido por regiones tropicales y cálidas de Eurasia y Oceanía. El nombre genérico es de origen árabe, a su vez derivado del persa, yasaman, que significa “regalo de Dios”. El perfume de sus flores le ha otorgado en muchas culturas un importante valor como planta ornamental.
Hay una modalidad de jazmín originaria del Himalaya que no obstante adquirirá gran popularidad en el sudeste asiático con el correr de los años, el Jasminum sambac. Llegado a Filipinas durante el siglo XVIII, la llamada sampaguita se convertirá en la flor nacional en estas islas y en la vecina Indonesia. Usada formando parte de ofrendas religiosas, especialmente asociadas al budismo, la sampaguita es un símbolo frecuente de paz, y es por ello por lo que se suele utilizar para realizar el lei de Polinesia y Hawaii, los collares de flores con los que se da la bienvenida a los visitantes en estas islas del Pacífico.